Reseña de Ada Ortiz Ochoa (Negrita de Sierra Grande)
Llegué hace 43 años a esta localidad de Sierra Grande. Me pareció un pueblo despojado de verdes, lo que más se destacaba era, las casas construidas de bloques grises. Muchas viviendas semi terminadas y muchas sin revocar sus frentes.
Muchos lotes vacíos con yuyales, las viviendas dispersas. La Avenida Novillo era lo más céntrico, la plaza estaba en construcción, se veían bordos de tierra, señal que había algún arreglo por hacer. Aún no tenía senderos...
La enorme arboleda que, actualmente, custodia la Ruta 3, en aquel entonces, eran pequeños arbolitos sujetos a un tutor, que los ayudaba a enfrentar la fuerza de los continuos vientos Patagónicos.
Mucho ha crecido mi querida localidad, hubo épocas de éxodos masivos, pero contamos con aquellos que decidieron quedarse en este lugar. El sueño de muchos, el arraigo al lugar, que nos sostuvo, para que no nos barriera el inhóspito suelo de mesetas, la aridez del suelo y la dureza del clima.
Hoy tenemos calles protegidas de frondosas arboledas, pequeños pero sólidos bosquecitos. los pequeños arbolitos se hicieron fuertes, exactamente como sus habitantes. Nos hicieron "carne" con el paisaje, los años de soledad, los silencios y los misterios de antiguos lugareños y de los valientes pioneros.
Varias calles anchas se convirtieron en bonitas avenidas, con buena iluminación, plazitas, paseos, Canchas de bochas y otros lugares para el descanso, para reunión de vecinos, donde no faltan entretenimientos, algún asadito, aunque cuesta mucho la carne. Si todos aportan... algo siempre sale.
Sierra Grande y la "perla" surgida de la naturales y del amor de los propietarios, me refiero a Playas Doradas, la playa más hermosa, amplia y limpia de la costa Atlántica.
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