MI BLOG PERSONAL

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martes, 7 de diciembre de 2010

La pasión de escribir.

Este año 2010, ha sido un año muy particular para mí en el aspecto personal ¿por qué? Tuve dificultades con mi salud, fue un año difícil de muchos viajes pero no de paseo ¡Pero bueno! Para todo eso está el buen ánimo, el espíritu siempre en alto, y en primerísimo término: la Fe en Dios.
     En el plano literario, fue un año óptimo, igual que el año pasado.
    El 18 de octubre del 2009, presenté mi 3º libro editado. "Palabras de Otoño" me dio muchas alegrías y me hizo tomar un ritmo de trabajo que dio como resultado  que al año justo, presentara mi 4º libro Editado.
       Tanto "Palabras de Otoño", como este recién Presentado "Después, será un Mañana", me dieron muchas satisfacciones.
      En este momento estoy trabajando en mi Autobiografía, que ya tiene título. Se llama "MI VIDA NO ES UN CUENTO", haciendo referencia a mi labor de narradora.

jueves, 22 de abril de 2010

Certeza- Cuento-


CERTEZA.-


Mariana quedó sola. Su esposo la había humillado una vez más.
Recogió sus ropas. Las guardó en el pequeño bolso.
Se miró las manos. Temblaban.
Recordó las amenazas veladas de Pedro. Parecía odiarla.
Por primera vez la hizo sentir un estorbo. Algo desechable.
Como en un sueño vio llegar a su vecina, mujer bondadosa aunque poco demostrativa, que la ayudó a vestirse. Se ocupó también de cerrar las puertas, revisó las llaves de gas, apagó luces. Siempre en silencio.
-Vamos, Mariana! Ya es la hora en que debe internarse.- le habló suave.
Antes de subir al taxi se detuvo y miró su casa.
-¡ Otra intervención quirúrgica! ¿Regresaré? - se preguntó a sí misma.
Algo helado pareció aletear en su pecho. ¡Pedro! ¿Qué‚ pasó con él? Debe haber otra mujer. Si la hay...¿quién es? ¿Cómo es?-
Se entretenía agregando tizones al fuego interior.
Llegaron al sanatorio. La esperaban.
Ocuparía una habitación compartida. La silueta asaetada apenas era visible entre las ropas de cama. Era una anciana.
Ella, Mariana, ocuparía el restante lecho.
Ya acostada comenzó a receptar los apagados ruidos exteriores.
Recordó que alguien había dicho:
-¡Es la mujer de Pedro!- fue solo un cuchicheo pero ahora lo recordaba.
Esta amargura. La soledad. Ahogó un sollozo.
Una bonita y jovial enfermera entró y comenzó a prepararla. Apenas si reparó en su apatía parecida a un sopor. Sin voluntad la dejó hacer.
Otras enfermeras se alternaron requiriendo diferentes datos.
Los ojos negros atrajeron su atención. Ambas quedaron así. Mirándose.
Pero fue tan fugaz ese instante, que Mariana quedó dudando que fuera real. Todo parecía fantasía, producto de su imaginación.
Apenas durmió a pesar del calmante.
Su mente barajó imágenes. Las sensaciones al rememorar lo vivido fueron de bueno para abajo.


Despertó al sentir que quitaban la frazada. La enfermera hacía su trabajo con eficiencia.
-¡ Bueno, llegó la hora!- se dijo Mariana.
Su mirada buscó a Pedro con ansiedad. Sintió en el brazo el pinchazo. Sabía que era la pre-anestesia.
En breves minutos el efecto la dejó indefensa manejada por manos hábiles.
Es rápido el traslado en la camilla. Cerca del quirófano está Pedro. En su mirada no vio afecto.
En la aséptica sala observó minuciosamente. Podía ver a través de una puerta entreabierta, otra puerta y del otro lado de ella..., a Pedro, que cambiaba palabras con una joven del equipo del establecimiento.
Estaban solos.


Quiso gritar pero su lengua parecía estopa dentro de la boca.
El grupo fue formándose a su alrededor. Ropa de cirugía. Guantes. Gorras. Voces acalladas y precisas. Sus brazos fueron sujetos. Alguien trabajaba a su lado. Sintió el pinchazo en la vena como una presión. Automáticamente miró los ojos de esa mujer que adivinaba joven. Las negras pupilas que asomaban sobre el barbijo le mostraron la burla sonriente de un destino prefabricado.
-¿ Ella y Pedro?...
Mariana supo que no regresaría.


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Ada Ortiz Ochoa (Negrita)
Sierra Grande- Río Negro- Patagonia Argentina.


Ediciones de la autora: "Esperá que te Cuento"- Editoral Amaru-

sábado, 27 de febrero de 2010

Educación de Adultos.


¡UNA EXPERIENCIA ALECCIONADORA!

LA EDUCACIÓN DE ADULTOS-

En la mayor parte de mi carrera tuve la atención de los más pequeñitos y he estado siempre feliz con ellos. Pero me tocó estar un año completo en Alfabetización.
Nunca estuve relacionada con políticos de turno, por lo consiguiente no he tenido cargos que deba agradecerles a esas personas. Separo, la persona de la figura política, aunque a la mayoría puede resultarles no entendible.
Pero, en una oportunidad ocurrió que se implementó el Plan de Alfabetización en la Provincia de Río Negro. Pero en mi barrio no había ninguna persona disponible para ese cargo y mi barriada quedaría excluida de esa campaña tan importante como lo es la educación de los adultos. No sin prevenciones, acepté el cargo, daría clases en mi hogar.
Todo parecía revestir de máxima seriedad. Llené formularios, firmé planillas, se me dieron las guías de funcionamiento y desarrollo. Se me proveyó de material, y todo esto lo recibí en el lugar destinado y elegido por los organizadores, junto a otras personas encargadas de Grupos en la localidad. Así nos conocimos, es decir, todo el grupo que estaba asimilado a esa experiencia de Alfabetización.
Comencé mi tarea y semanalmente, venía una señora joven (omito su nombre) a revisar los cuadernos de mis alumnos, controlar el avance de los temas dados. Yo estuve siempre conforme en que controlaran mi tarea, nunca fui autosuficiente. Me esmero y no me incomoda la supervisión, porque la educación es un tema delicado y no debe impartirse a tontas y locas ¿Verdad?
Pero muchas veces me molestó, mejor dicho: me dolió, la dureza en el control de mi tarea, de esa joven señora. No tuvo para conmigo un trato ameno o compañero. Fue autoritario y peyorativo. Después me enteré que no era docente y quizás, ni había terminado el secundario. Simplemente ejercía la autoridad en un cargo político y se hacía valer. Suelen ocurrir estas cosas y quizás, ya no sorprenden ¿Verdad?
En ese aspecto fue una mala experiencia. Trabajé durante un año y nunca venía yo en planilla. Nunca cobré un peso. No figuraba. No me interesaron nunca los juicios y los reclamos. Simplemente por amor a “mis ancianos” y mi tarea., seguí adelante.
Pero tuve mi compensación ¡Fue una experiencia maravillosa y alentadora!
Aún hoy, a algunos, los veo desenvolverse, con propiedad y sentirse seguros en la lectura o la escritura.
Dejaron atrás esa vergüenza y timidez que sentían por no saber leer y escribir. Enternecía comprobar que les costaba empuñar el lápiz, porque algunos tenían las manos encallecidas de tanto trabajo. La totalidad de los 12 alumnos que tenía, no habían concurrido nunca a una escuela. Otros tenían una base, pero les faltaba tener seguridad y no sentirse menos que otros.
Fueron momentos muy hermosos y los recuerdo con cariño.
Siempre he sido reflexiva y pensé más de una vez, que eran personas con inteligencia, con capacidades, pero que no tuvieron oportunidades de formación. En cambio yo tuve todas las oportunidades de estudio y promoción personal. Porque, nunca me faltó nada.
Los recuerdo a todos, pero con mucha emoción recuerdo a Adela Melendres y la menciono con el mayor respeto y cariño. Me dolió su muerte. Era siempre como una niña a la que se le brindan sorpresas agradables y las acepta con alegría, con entusiasmo.
En cada uno de ellos, los que fueron mis alumnos, veo la injusticia que ejerce la sociedad, para con los sectores más desamparados y más necesitados de protección.
Para todos ellos, mi emocionado recuerdo. Me enseñaron humanidad, calidez y calidad humana. Un enorme ¡GRACIAS…, FUERON VALIOSOS PARA MÍ!
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Año 2010-

lunes, 22 de febrero de 2010

La Loma...un barrio olvidado.




En Sierra Grande, Río Negro, la calle 19 al 300 del Barrio La Loma, es un sector olvidado. Llegué hace casi 32 años a este querido Barrio y no quise cambiar de domicilio a pesar de haber tenido varias oportunidades de hacerlo ¿Por qué?
Porque a muchos seres humanos nos pasa algo, casi sublime, como lo es tener en el corazón sentimientos de arraigo, de aceptar la tierra y a la gente.
También de aceptar el compromiso de lucha, de integración al medio, de asumir responsabilidades.
Tengo orgullo de habitar en La Loma. Cuando llegué era mencionado como el Barrio de Los Bolivianos. ¿Y bueno, qué? Sentí verdadeara satisfacción cuando en el año 1978, llegué aquí.
Mi primer lugar en Sierra Grande, mi Barrio... y le he cantado en poemas y pintado con palabras sus desniveles en el suelo que "baja y sube" en cualquier lugar.
Después de un paisaje tan distinto, como lo es Río Cuarto, Córdoba, me maravillaba de encontrar aquí personajes distintos y queribles.
Veía pasar algunas señoras con sus faldas multicolores y sus mantos con madroños. Yo los conozco con ese nombre a esos adornos hechos de lanas de distintos colores, que terminan en flecos. Algunas señoras con sombreros, nacidas en Bolivia y lejos de su país, pero conservando sus costumbres y sus raíces. Es para aplaudirlos ¿No?
Todo parece muy lejano en el tiempo... ¿pero por qué este recuerdo?
Porque han pasado los años y ver una foto de 32 años atrás y ver una actual del año 2010, se puede notar que seguimos sin cordón cuneta, sin veredas, y aunque no se vea en la foto, también sin cloacas, etc.. Por mi calle 19 de La Loma, no pasa el regador, ni tampoco la máquina que puede emparejar la calle.
Un olvido y descuido imperdonable, para con vecinos que cumplimos con el pago de impuestos, edificamos, plantamos árboles y entregamos, como en mi caso 32 años de vida y de ser buena ciudadana.
Son 32 años de haber llevado en mi carrera literaria, el nombre de mi localidad a Brasil, a Paraguay, a Villa Dolores, Córdoba, a Pico Truncado, a Caleta Olivia, a General Alvear, Mendoza, a La Feria Internacional del libro de Buenos Aires, en varias oportunidades, etc... De haber ganado 22 premios literarios y tener 3 libros editados de mi propio bolsillo, sin haber esperado, ni pedido, la ayuda de ningún político, ni persona influyente. ¡Haber hecho todo por mi pueblo de Sierra Grande!
De haber completado mi carrera docente hasta jubilarme.
Lo he acompañado en sus luchas, en sus penas y alegrías. Sé, con humildad y sinceridad, que he sido PUEBLO junto a mi gente. Soy material humano útil, como tantos otros ignorados y recordados únicamente en las campañas partidarias, pero no como personas, sino como un número más, como un porcentaje para ser tenido en cuenta por conveniencia personal.
Eso duele, aunque esté tan popularizada esa actitud como herramienta partidaria.
Mi mensaje no va a dirigido a un partido, ya que no milito en ninguno y tampoco quiero servir de pancarta de otros contrarios.
No, va dirigido al Municipio de Sierra Grande.

sábado, 30 de enero de 2010

Anécdotas de Vida.







Recuerdos y algo muy hermoso como es la amistad.
Aquí estamos 3 de las 4 amigas, que comenzamos en
Primer Grado en el Colegio Nuestra Señora del Carmen,
Río Cuarto, Córdoba, a ser amigas.
Toda la Primaria, la Secundaria y nos recibimos juntas
en el año 1952... y seguimos siendo amigas. El respeto
por el otro, el jugarse con lealtad por mantener esa amistad,
todo lo experimentamos juntas. Aunque no nos veamos
quizás por años pero sabemos que funcionamos desde
el mismo momento que nos reunimos.
Adolescentes y con sueños como todos los jóvenes de
todas las épocas. Yo, (de gorrito blanco) ya quería escribir
y llenaba cuadernos y más cuadernos.
¿CUANDO COMENCÉ A ESCRIBIR?
ESCRIBIR ¿Desde cuando?
Escribí desde que me acuerdo. Mi padre escribía constantemente y siempre me pedía mi opinión. Quizás porque nunca le dije que no podía, o que estaba ocupada.
La persona, que escribe, dibuja, o la que canta, baila, o realiza cualquier otra tarea creativa…, busca la opinión de otros. Generalmente pide ser escuchado.
Ocurre que la creación es siempre solitaria y necesitamos la opinión de otros.
Siempre tuve tiempo para escuchar a los demás. Me dí tiempo siempre, para leer el trabajo de alguien que me pidió una opinión.
Para escuchar, para mirar, para valorar…, sé que no me negué a brindar apoyo o compañía. Pero contaba que yo, era la lectora de TODO lo que escribía mi padre. Muchas veces me pedía que leyera, para poder escuchar lo que había pensado y luego escrito.
Siempre fui obediente y no he menospreciado jamás el trabajo de otra persona. En el mejor de los casos he ayudado a desarrollar un tema.
Con mi padre teníamos una forma distinta de escribir, como también de hablar. Mi padre usaba un lenguaje más elevado que el mío. Yo siempre me caractericé por la sencillez de mis escritos. Pero también teníamos distintas opiniones de un mismo tema. Por ejemplo:
“El origen del Gaucho”. Mi padre Marcos, escribió muchos ensayos en los que daba su opinión sobre el origen de la figura legendaria del gaucho. Por supuesto, que lo hacía siempre documentado sobre la bibliografía, de donde absorbía conocimientos.
Sobre ése tema yo tenía mi propia teoría, también absorbida y formada después de variadas consultas en los libros.
Escribí mi propia teoría sobre “El origen del Gaucho” y la presenté en un trabajo de finalización de mi carrera docente. Era una Tesis, que aportaba una nota final al concepto. Para alegría mía, fue elegida para ser leída en el Acto de Promoción. Obtuve lo que sería mi primera distinción en Literatura.
Seguí escribiendo y asistí a las conferencias sobre literatura que se realizaban en la Biblioteca Mariano Moreno de Río Cuarto. En ese tiempo estaba radicado en mi localidad, el famoso escritor, Marcos Aguinis.
Había resultado ganador del Premio Planeta, por su obra La Cruz Invertida.
Era sensación en esa época escritores como el propio Marcos Aguinis, Juan Filloy, Sara Zimerman, etc.. todos eran escritores de renombre, recibían toda nuestra admiración, es decir de nosotros, el público, que formábamos las camadas de los escritores nuevos con ganas de aprender…, pero no teníamos oportunidad de acercarnos a ellos.
Río Cuarto, siempre fue selectista, elitista y había un abismo entre “ellos”: los capaces y famosos…, y nosotros que no éramos nada. Esto nos hacía pensar que NUNCA íbamos a lograr ser como ELLOS, los elegidos.
Esto, que ocurría en momentos en que me animaba a escribir, me marcó, desde entonces escribía y guardaba, no mostraba, le temía a la burla, la indiferencia o el menosprecio.
Lo que mencioné anteriormente, sobre escuchar, alentar y prestar atención a quienes desean ser leídos o nos piden una opinión, tiene su origen en esta anécdota.
Después de muuuuchooos años de escribir y guardar, recién me animé en Sierra Grande a participar de un concurso y dar a conocer mis trabajos. Ahí comenzó mi tarea literaria.