NOVIEMBRE DEL AÑO 2019.

Un año más en nuestras vidas, un año más como localidad. En nuestro país Argentina se cumple un mandato Presidencial y hay cambio de partido dirigente.
     Entre las noticias del mundo, ocurren fuertes revueltas, reclamos sociales, en nuestro vecino país, Chile y también Bolivia. Doloroso panorama.

   Oraciones para que sea la Paz la que se instale entre los pueblos, y no se generalicen estas motivaciones, que generan violencia, división, represiones muerte y desolación.

     Por otros temas, hay grupos importantes que entienden que la solidaridad con nuestros hermanos más necesitados, es necesaria y primordial. Decididos la realizan, sabiendo a conciencia que están obrando bien.

     En un mundo cambiante y problemático, sorprenden las respuestas de nuestro planeta Tierra a  tantas agresiones, cuando no es deforestación, son las guerras que con afán de poderío, avasallan propiedades y la convivencia comunitaria.

     Otro tema por el cual orar fervorosamente, es el ansia de poder y la ambición que, hace la tremenda división de ricos cada vez más ricos y de pobres cada vez más pobres. Así las personas dejan de ser libres. Ser libres quiere decir poder caminar, estudiar, trabajar, vivir logrando una justa promoción personal, familiar y comunitaria, sin perjudicar a los demás y a la vez no ser perjudicados por otros.

      ¿Es una quimera? ¿Algo imposible de alcanzar? Tengamos la decisión de actuar sin perder los valores de Educación, trabajo, Salud y Bienestar Social, para todos. Desde la más tierna infancia, hasta la longevidad de los ancianos. Dios nos proteja siempre y alimente nuestras conciencias.

Sierra Grande, Provincia de Río Negro, República Argentina.

Sierra Grande, Capital del Hierro- Fines de 2019-

Capital  del Hierro.- Noviembre 3 de 2019.

    Sierra Grande, nuestra querida localidad, sigue creciendo. 
Cuando llegué en el año 1978, se veía despojado de verde. No había árboles, solo los cerros como soldados gigantescos, se erigían protegiendo a las primeras construcciones.
    Alguien sacó esta imagen que es todo un documento histórico.

Apenas delineada, la Ruta 3- Sin el arbolado  que la destaca en la actualidad

     Hoy se destaca por la gran cantidad de árboles, grupo de ellos  completan bosquecitos, donde se puede tomar mates, gustar de un asadito, jugar a las bochas o simplemente pasar un buen momento bajo la sombra protectora.  Se destacan algunas calles en las que no hay ni un solo árbol, les falta la principal atracción. El frondoso verde que oxigena el aire y alegra nuestro hábitat.

 Así como crece nuestro "pueblo sureño", también ocurrieron hechos locales y en las vidas de los pobladores, las generaciones nuevas, fueron pidiendo un  lugar destacado en su historia. Y
la historia continúa.

Osvaldo Placci, mi hijo y yo Ada Ortiz Ochoa, ambos docentes rionegrinos.

Nuestra Localidad crece.

Sierra Grande, una localidad que crece. 

   Reseña de Ada Ortiz Ochoa (Negrita de Sierra Grande)

Llegué hace 43 años a esta localidad de Sierra Grande. Me pareció un pueblo despojado de verdes, lo que más se destacaba era, las casas construidas de bloques grises. Muchas viviendas semi terminadas y muchas sin revocar sus frentes.

     Muchos lotes vacíos con yuyales, las viviendas dispersas. La Avenida Novillo era lo más céntrico, la plaza estaba en construcción, se veían bordos de tierra, señal que había algún arreglo por hacer. Aún no tenía senderos...

    

recién  se comenzaba a formar la Plaza San Martín, faltaba casi todo, sin árboles, solo un enorme árbol en la esquina norte, que luego se cortó porque quedaba en el lugar donde se construyeron, más tarde, senderos de planchas de material.

   La enorme arboleda que, actualmente, custodia la Ruta 3, en aquel entonces, eran pequeños arbolitos sujetos a un tutor, que los ayudaba a enfrentar la fuerza de los continuos vientos Patagónicos.

     Mucho ha crecido mi querida localidad, hubo épocas de éxodos masivos, pero  contamos con aquellos que decidieron quedarse en este lugar. El sueño de muchos, el arraigo al lugar, que nos sostuvo, para que no nos barriera el inhóspito suelo de mesetas, la aridez del suelo y la dureza del clima.

   Hoy  tenemos calles protegidas de frondosas arboledas, pequeños pero sólidos bosquecitos. los pequeños arbolitos se hicieron fuertes, exactamente como sus habitantes. Nos hicieron "carne" con el paisaje, los años de soledad, los silencios y los misterios de antiguos lugareños y de los valientes  pioneros.

   Varias calles anchas se convirtieron en bonitas avenidas, con buena iluminación, plazitas, paseos,  Canchas de bochas y otros lugares para el descanso,  para reunión de vecinos, donde no faltan entretenimientos, algún asadito, aunque cuesta mucho la carne. Si todos aportan... algo siempre sale.

     Sierra Grande y la "perla" surgida de la naturales y del amor de los propietarios,  me refiero a Playas Doradas,  la playa más hermosa, amplia y limpia de la costa Atlántica.

Fríos de junio 2019, en Sierra Grande, Río Negro, Patagonia Argentina.

No soy nativa de este suelo, nací y permanecí 45 años, radicada en Río Cuarto,Córdoba, Argentina. En la zona Central del país.

Siempre soñé con venir a la Patagonia y pensé que en cuanto me recibiera de Docente, quería venir al sur, no sabía dónde, pero quería que fuera en la Patagonia.

    Quiero a Río Cuarto, lo vi crecer, aunque es una localidad con mucha historia que remonta hasta la época colonial. Una ciudad pujante, que tiene todo lo que puedes imaginar. Desde los avances tecnológicos más modernos, hasta el misterio de leyendas del pasado.

Llegué  a cumplir mi sueño, a los 45 años de edad. Falleció mi esposo cuando yo tenía 39 años y mi hijo Osvaldo contaba ya 10 añitos. Ya cumplí, 41 años de estar residiendo en mi querida Patagonia.

   Aquí me jubilé en el año 1990, tengo ahora 86 años.

Me adapté a este silencio de noches muy negras, pero en días sin nubes una enorme luna, solitaria y lejana, coloca luz plateada a las inmensidades Patagónicas.

    Toda esta semana hemos tenidos fríos intensos, hoy ha sido el viento, el atrevido viento helado, que ganaba la pulseada a un sol tímidamente cálido